El jabalí, jabalí o cerdo salvaje (Sus scrofa) es un mamífero que tiene su función dentro del ciclo de la naturaleza. Entre sus particularidades, destaca que compensa la poca visión con un gran desarrollo del olfato. Este hecho le permite detectar enemigos y alimentos que se encuentran bajo tierra, como es el caso de las trufas.
El jabalí disfruta de unas cualidades que hacen que su supervivencia esté más garantizada que en otras especies. Su dieta es omnívora y no le cuesta encontrar alimento para sobrevivir. Tiene una gran capacidad de dispersión y de adaptación. Además, su supervivencia está en aumento debido a los invierno más suaves que tenemos. Y a todo ello hay que añadir que no existe ningún depredador natural del jabalí y una alta tasa reproductiva. Las hembras pueden empezar a reproducirse a partir de los seis meses de edad. Pueden criar dos veces al año y, en cada parte, tienen una media de entre cuatro y cinco lechones. El jabalí está en aumento. En algunas zonas, la población de jabalí es tan grande que ya podríamos llegar a hablar de superpoblación y ya afecta directamente a los bosques y a las plantaciones.
El jabalí es un animal que forma parte del bosque. Es necesario que exista y debemos procurar que no desaparezca. Pero, también debemos velar para que no se convierta en una especie invasora y afecte negativamente al ciclo de la naturaleza que tanto valoramos y que tanto debemos respetar.
El jabalí puede suponer un riesgo para el futuro de la trufa, sobre todo por la tan valorada trufa silvestre. Y es por eso que en Noir et Blanc® pensamos que hay que controlar el jabalí de forma eficiente y efectiva.