Gastronomía, Noir et Blanc®

Blanca o negra. ¿Qué trufa es mejor?

¿Negra o blanca? ¿Son iguales de buenas? ¿Qué trufa es mejor: la blanca o la negra? Estas son algunas de las preguntas sobre la trufa de verano y la trufa de invierno que recibimos más a menudo en Noir et Blanc®, sobre todo ahora que la trufa de verano (

tuber aestivum

) se encuentra en su mejor momento. Nuestra respuesta siempre es la misma. La

trufa blanca

y la trufa negra no son comparables. Es como comparar un ropero con una cepa o una patata con una zanahoria. El aroma, la textura, el color y el sabor son totalmente diferentes. Aunque compartan algunas características, cada variedad tiene sus cualidades.

Hoy, con la finalidad de ayudaros a reconocer las particularidades de cada variedad, nos centraremos en intentar explicar algunos de los rasgos más característicos de la

trufa de verano

o trufa blanca. La trufa de verano (tuber aestivum) es la variante de trufa que en Cataluña sólo se puede recolectar entre el 1 de mayo y el 15 de agosto. Su aroma, su textura, su color y su sabor son algunos de los rasgos que la distinguen y la hacen inolvidable.

Aroma. Su aroma es intenso y agradable, a bosque. Aunque la trufa blanca y la trufa negra no son comparables, hay que remarcar que el aroma de la trufa blanca es más suave que el aroma de la trufa de invierno (tuber melanosporum). De ahí que se dice que la trufa blanca es una buena manera de empezar a degustar la trufa.

Textura. La

trufa de verano

tiene la piel más rugosa, pero es fácil de rayar. A pesar de que tiene la piel más gruesa, no hace falta pelarla, ya que es del todo comestible, siempre y cuando sea limpia.

Color. La

trufa blanca

es de color negro por fuera y de color marrón y blanco por dentro. Es importante prestar atención y ver que el interior de la trufa sea marrón. Si el interior la trufa de verano no tiene una tonalidad beige que nos permita ver sus vetas blancas, significa que la trufa que tenemos en las manos no es madura o bien que no es una tuber aestivum.

Gusto. La

trufa de verano

tiene un sabor avellanato, recuerda a los frutos secos. Tiene un gusto único e inolvidable. Se caracteriza porque es suave, pero a la vez intenso.

Trufa blanca en verano y trufa negra en invierno. En Noir et Blanc® nos merecen las dos variedades. La tierra es novia. Nos provee de la trufa más adecuada a cada época del año.

¡En Noir et Blanc® escogemos la trufa blanca y la trufa negra!